2 minute read

Rompiente en la playa Foto: https://flic.kr/p/edFwkm

En mis últimas vacaciones pasé bastante tiempo contemplando el mar al tiempo que leía La quinta disciplina, el libro de Peter Senge sobre organizaciones y aprendizaje. Creo que la combinación de esas tres cosas (tiempo, mar, libro) me trajo una nueva conciencia que les comparto.

En los días de viento noté que los bañistas y embarcaciones pasaban momentos agitados en una parte del agua mientras que estaban más tranquilos en otras. Esa parte es lo que normalmente llamamos “la rompiente”.

Algunos decidían pasar con valentía esa región agitada, otros regresaban unos pasos. Sin embargo, me llamaron particularmente la atención los que se quedaban ahí, en algunos casos arriesgando la integridad física (bañistas y embarcaciones).

¿Hablaremos solo del mar?

No, esta introducción se debe a que me resonó esta escena con la que he visto en los últimos años en organizaciones que desean abandonar la playa hacia el mar de nuevos desafíos (en algunos casos por decisión propia, en otros casos forzadas por una situación amenazante).

El temor a lo desconocido y al cambio deja a las organizaciones que conozco en la rompiente, ese lugar intermedio en el cual sufren los embates constantes y desgastantes sin ver que unos pasos más allá las condiciones mejoran.

Esos pasos adicionales pueden parecer una amenaza para estas empresas, pues significan estar en aguas más profundas donde probablemente necesitemos otras habilidades. Sin embargo, la rompiente es el peor lugar en el que podrían estar.

¿Qué podemos aprender de esta metáfora?

Para mí, un primer aprendizaje fue que si vamos suficientemente profundo (un poco más que en la orilla), las cosas funcionan mejor, las piezas encajan.

He visto organizaciones en la rompiente, con el desgaste que esto significa, cuando implementan cambios equipos de desarrollo (por ejemplo Scrum) y ahí se detienen. Si el resto no cambia (especialmente los líderes) y tampoco cambian las decisiones sistémicas, lo usual es que el desgaste por la fricción ponga en riesgo la iniciativa..

Los equipos comienzan a aplicar las nuevas ideas, usualmente con la rigidez típica de quien está aprendiendo mientras que los directivos siguen con el modelo mental anterior, es decir, siguen buscando los resultados con las formas que conocen y han funcionado toda la vida.

El problema aquí no es que una o la otra forma está mal o bien, el problema es el desajuste que se sostiene por mucho tiempo. Creo que esa es la oportunidad de dar un paso más para salir de la zona de desgaste máximo.

¿Ya pasaste la rompiente?

Las organizaciones que transitan las rompientes actuales y llegan a la calma han dado exitosamente el primer paso. Pronto se darán cuenta de que es mejor prepararse para transitar rompientes más frecuentemente, en un proceso de evolución constante (shapeshifting, en inglés).

Mi segundo aprendizaje es que, si desarrollamos las habilidades para conducirnos siempre en aguas turbulentas, estaremos mucho mejor como organización en constante evolución.

No detallaré esas otras habilidades en este artículo. Les dejo una referencia una carta (en inglés) de Jeff Bezos a los accionistas y un análisis (en español) de esa carta.